sábado, 30 de octubre de 2021

Ponte do Burgo

El origen de Pontevedra es incierto, aunque se han formulado distintas hipótesis basadas en el Itinerario Antonino, un documento del siglo III que recopila las principales rutas del Imperio Romano. Hasta hace pocos años la teoría más extendida situaba en los terrenos que hoy ocupa el casco histórico de Pontevedra a la mansión Ad Duos Pontes, una de las poblaciones que se describen dentro de la Vía XX (per loca maritima). Sin embargo, un miliario fechado en el año 134 d.C. y desenterrado a 3,5 metros de profundidad en las inmediaciones del ponte do Burgo en 1988, impulsó una nueva teoría que situaría el origen de la ciudad en la mansión Turoqua, descrita en la Vía XIX. De cualquier forma, ambas hipótesis avalan que hacia el siglo I d.C. existía algún tipo de asentamiento romano en la zona, así como que existía un puente romano que formaría parte de una de las vías citadas.

La localización exacta de este primer puente romano es aún desconocida, pero por el lugar en que se encontró el miliario se estima que debería estar aguas abajo del puente actual y a una cota inferior, de forma que si existiese en la actualidad estaría probablemente sumergido. De todos modos, no se han encontrado hasta el momento restos que puedan asegurarlo.

El primer documento que indica la existencia de un puente romano en la zona data de 1141 y se trata de un escrito del Monasterio de Lérez en el que se habla de un lugar conocido como "Pontus Veteri", en alusión a un puente en desuso por su estado ruinoso y que acabaría dando nombre a la ciudad.

En esas mismas fechas (mediados del siglo XII) se estima la construcción del nuevo puente medieval junto a las ruinas del romano. Esta mejora en las vías de comunicación reactivó la actividad comercial y desembocó en la concesión del foro de Pontevedra por parte de Fernando II en 1169. Por tanto, este puente, que aún se conserva aunque con importantes reformas realizadas a lo largo de sus casi 900 años de vida, se encuentra íntimamente ligado al origen y a la historia de la ciudad.

Ponte do Burgo en 2012, antes de su última reforma

Por tanto, el ponte do Burgo que hoy conocemos es de origen medieval. En el momento de su construcción contaba con un total de 15 arcos de medio punto, además de dos importantes estribos en las cabeceras, y la anchura de su calzada era inferior a 3 metros. Con el paso de los años fue recibiendo mejoras, ampliaciones y diversas reformas.

Por ejemplo, a mediados del siglo XIX se retiró un cruceiro de piedra que se encontraba en pleno centro del puente, y en el verano de 1887 se comenzaron las obras para ensanchar el paso hasta los 7 metros y reemplazar los viejos pretiles de piedra por una barandilla metálica. Pero la reforma más profunda fue llevada a cabo entre el 5 de junio de 1953 y el mes de septiembre de 1954, con el objetivo de reforzar la estructura y ampliar la anchura hasta los 9 metros con los que cuenta en la actualidad, para lo que fue necesario proceder a la construcción de nuevos arcos de hormigón apoyados en los tajamares. Esta reforma cambió sustancialmente la estética de la estructura, lo cual puede apreciarse claramente al comparar las fotos actuales con las de finales del siglo XIX e inicios del XX.

Esta es una de las imágenes más antiguas que se conservan del puente, en la que se pueden apreciar los pretiles de piedra antes de ser reemplazados por una barandilla metálica (Francisco Zagala, 1883) 
16 de agosto de 2020

A día de hoy solo son visibles once de los quince arcos originales, encontrándose los estribos y esos cuatro arcos restantes enterrados bajo los sucesivos rellenos realizados en los márgenes. En el par de fotografías siguientes se puede comprobar cómo los dos últimos arcos que se veían en 1906 hoy se encuentran completamente cegados.

Joaquín Pintos, ca.1906
13 de diciembre de 2020

En la profunda reforma de 1954, para ganar anchura en el puente fue necesario crear nuevos arcos de hormigón que se apoyaron en los tajamares existentes. Dichos tajamares fueron recortados en altura creando un enlace escalonado con los nuevos arcos. Esto se aprecia muy bien en la siguiente comparativa.

Editorial EJG París-Irún, ca.1906
13 de diciembre de 2020

Durante casi veinte años, comenzando el 18 de diciembre de 1924, circuló sobre este puente la línea del tranvía eléctrico que enlazaba el centro de Pontevedra con la parroquia de Lérez. Para muestra un botón.

Kallmeyer y Gautier, ca.1925
16 de agosto de 2020

Para la electrificación de la vía fue necesario disponer postes de hormigón sosteniendo las catenarias a lo largo de todo el trazado. Para el paso a través del puente, dichos postes se anclaron sobre los tajamares, tal y como se observa en la siguiente imagen tomada desde aguas abajo.

Loty - Arquivo Histórico Provincial de Lugo, 1928
12 de diciembre de 2020

De la misma época que la imagen anterior, pero en esta ocasión tomada desde aguas arriba del puente, tenemos esta otra panorámica.

Loty - Arquivo Histórico Provincial de Lugo, 1928
12 de diciembre de 2020

Esta otra imagen fue tomada poco antes de que se acometiese la gran reforma de 1954, y en ella pueden verse nuevamente los postes del tendido del tranvía apoyados en los tajamares. Con la mejora de la estructura y la ampliación de la calzada que entraría en servicio el 14 de septiembre de 1954, se aprovecharía también para retirar el cableado del tranvía sustituyéndolo por el nuevo tendido para el trolebús a Lérez, que entraría en funcionamiento el 7 de enero de 1955.

Desconocido, ca.1952
2012

La ampliación de la anchura del puente fue muy importante, ya que permitió habilitar dos carriles holgados de circulación además de las correspondientes aceras peatonales. Y es que antes apenas podían cruzarse dos vehículos.

Desconocido, ca.1952
27 de diciembre de 2022

Esta otra imagen nos muestra la artesanal pasarela peatonal que se habilitó durante las obras de reforma del puente para permitir el paso de los peatones entre las orillas del Lérez mientras el tráfico rodado era desviado por el ponte da Barca. Puede apreciarse que las obras estaban prácticamente rematadas, con los nuevos arcos ejecutados entre los tajamares y con los nuevos postes que sostenían el tendido del trole y el alumbrado público al mismo tiempo. También es curioso ver los postes provisionales de la red eléctrica clavados en el lecho del río, ya que en la foto de 1952 se ve que estaban apoyados en los tajamares y debieron ser retirados.

Desconocido, septiembre de 1954
25 de octubre de 2020

La última reforma se realizó entre 2019 y 2020, consistiendo en la peatonalización completa del puente, el cual forma parte del Camino Portugués de Santiago. Con dicha reforma se eliminaron tanto aceras como calzada en favor de una plataforma única de piedra granítica, y al mismo tiempo se aprovecharon los trabajos para dotarlo de iluminación ornamental y sustituir las barandillas de forja por unas de diseño minimalista.

Tony Walmsley, mayo de 1988
25 de octubre de 2020



No hay comentarios:

Publicar un comentario