Esta emblemática plaza pontevedresa puede considerarse en la actualidad como el centro neurálgico de la ciudad. Sin embargo su aparición es tardía, surgiendo a finales del siglo XVIII como una explanada periférica situada fuera del recinto amurallado y junto al camino portugués de Santiago, justo antes de que éste cruzase la muralla a través de la puerta y torre de Trabancas.
En esos terrenos de extramuros se decide levantar una capilla provisional de madera para la imagen de la Virgen Peregrina, que quedaría terminada el 24 de diciembre de 1776. Dos años más tarde, el 18 de junio de 1778, gracias a la apertura de una cantera en un monte próximo, se coloca la primera piedra del templo que conocemos hoy en día. Las obras propiamente dichas se prolongaron hasta 1792, aunque no sería hasta el año siguiente cuando quedarían instaladas las campanas, la puerta principal, las vidrieras y el atrio. Y todavía hubo que esperar al 2 de agosto de 1794 para proceder a la bendición inaugural del nuevo santuario. Dicho santuario es la capilla de la Virgen Peregrina, que preside la plaza homónima desde hace ya más de 225 años.
En esos terrenos de extramuros se decide levantar una capilla provisional de madera para la imagen de la Virgen Peregrina, que quedaría terminada el 24 de diciembre de 1776. Dos años más tarde, el 18 de junio de 1778, gracias a la apertura de una cantera en un monte próximo, se coloca la primera piedra del templo que conocemos hoy en día. Las obras propiamente dichas se prolongaron hasta 1792, aunque no sería hasta el año siguiente cuando quedarían instaladas las campanas, la puerta principal, las vidrieras y el atrio. Y todavía hubo que esperar al 2 de agosto de 1794 para proceder a la bendición inaugural del nuevo santuario. Dicho santuario es la capilla de la Virgen Peregrina, que preside la plaza homónima desde hace ya más de 225 años.
Desconocido, ca.1867 18 de abril de 2021 |
La arquitectura de la capilla es una mezcla de estilo barroco tardío y formas neoclásicas típicas de finales del siglo XVIII, con una original planta en forma de concha de vieira y terminación en cruz. La fachada principal es convexa y se encuentra flanqueada por dos torres.
Está precedida por un atrio que a lo largo de su historia sufrió importantes modificaciones. Inicialmente se construyó un antepecho de cantería con dos escaleras laterales de acceso y una fuente central presidida por una cruz. Sin embargo en 1887, dentro de un conjunto de obras de renovación de calles y pavimentos, se decide eliminar la fuente central de piedra para abrir el espacio transformándolo en una amplia escalinata. Años más tarde se decide recuperar la configuración inicial del atrio reconstruyéndolo a imagen y semejanza del original, obra que se comenzó el 20 de diciembre de 1954, se concluyó a principios del año siguiente, y se mantiene en pie hasta nuestros días.
Desconocido, ca.1904 13 de septiembre de 2020 |
Se puede decir que esta capilla no nació con mucha suerte, y es que solamente un año después de su terminación, el 26 de febrero de 1795, una fuerte tormenta resulta en el derrumbe de parte de su torre Norte. La falta de presupuesto impidió culminar su reconstrucción hasta casi ochenta años más tarde, coronándose la nueva torre con un pararrayos el 9 de noviembre de 1873.
El 28 de octubre de 1896 se trasladan las campanas de la torre Norte a la torre Sur, y en la torre Norte se instalan el reloj y las campanas que presidían la fachada del antiguo hospital de San Juan de Dios, situado en la actual plaza de Curros Enríquez, que estaba a punto de ser demolido.
La evolución de las diferentes modificaciones que han sufrido tanto la capilla como el atrio a lo largo de los últimos 150 años pueden verse en las siguientes imágenes.
Y ya volviendo a la plaza propiamente dicha, contamos con una primera imagen fechada a inicios del siglo XX, con la calle Michelena al frente y la zona que ocupaba la puerta de Trabancas, demolida en 1852, a la derecha.
Francisco Zagala, 1904 |
26 de julio de 2020 |
La vista de la plaza desde Michelena no habría variado demasiado su aspecto de no ser por las horribles medianeras que quedaron enmarcando la capilla tras la edificación, con incomprensibles criterios, de las parcelas de la calle Daniel de la Sota en la década de los sesenta.
Desconocido, ca.1960 |
13 de septiembre de 2020 |
A la derecha de la siguiente imagen se encontraba hace ya más de cien años la botica de Perfecto Feijóo, en la que vivió el loro Ravachol entre 1891 y 1913, hoy recordado con una escultura de bronce y homenajeado cada año por Carnaval.
Diario de Pontevedra, 1966 |
7 de agosto de 2020 |
A finales del siglo pasado la plaza contaba con un denso tráfico rodado procedente de Benito Corbal y Peregrina en sentido a Michelena.
Ediciones París JM, 1967 |
1 de agosto de 2020 |
En esta última imagen, de 1970, ya se había consumado la construcción en Daniel de la Sota, resultando unas antiestéticas medianeras mirando directamente a la capilla. La lógica urbanística aplicada durante los años del desarrollismo se me escapa.
Fotografía Aérea y Terrestre, S.L., agosto de 1970 13 de septiembre de 2020 |