Primero fue el puente romano, junto al que se estableció el asentamiento que daría lugar a la ciudad de Pontevedra, y que se mantendría en pie hasta el siglo XII. En ese momento, dado que era el único paso sobre el río Lérez y su estado era ruinoso, se estimó necesaria la construcción de uno nuevo que resultó en el actual del Burgo. Así, éste pasó a ser la única vía para cruzar el río hasta la llegada, ya en 1871, del puente de madera de la Barca, reemplazado en 1905 por el que existe en la actualidad. Y así pasaron los años hasta que en 1980 se comienza la construcción de un tercer puente destinado a solventar la saturación de tráfico del de O Burgo, que soportaba la totalidad de la circulación entre el Norte y el Sur de Galicia.
Así surge esta estructura, conocida durante sus primeros años como Tercer Puente, hasta que adoptó la denominación oficial de puente de Santiago al convertirse en la salida natural en sentido a dicha ciudad con la apertura de la variante de la N-550 en 1987.
Así surge esta estructura, conocida durante sus primeros años como Tercer Puente, hasta que adoptó la denominación oficial de puente de Santiago al convertirse en la salida natural en sentido a dicha ciudad con la apertura de la variante de la N-550 en 1987.
Ponte de Santiago en 2013 |
Aunque su estilo arquitectónico sea el más impersonal de todos los que actualmente cruzan el Lérez, en su momento fue recibido con aclamación general gracias a la descongestión que ofrecía al ponte do Burgo. Pese a todo aún pasaron varios años antes de que la apertura de la nueva avenida de Compostela el 3 de julio de 1987 sacase el máximo provecho de su construcción. También colaboró a la expansión de la ciudad hacia Lérez y A Xunqueira, donde se estaban abriendo la mayor parte de los centros educativos de la época.
El puente cuenta con una longitud de 98 metros entre estribos, y está formado por dos tableros de hormigón armado con tres vanos cada uno, apoyados en cuatro pilas (dos para cada tablero) cimentadas en pleno lecho fluvial. El vano central cuenta con una luz de 48 metros, mientras que los vanos laterales son de 25 metros cada uno. En planta presenta cuatro carriles para el tráfico rodado y dos aceras peatonales.
Se colocó la primera piedra de la obra en junio de 1981 y se produjo su inauguración y puesta en funcionamiento el día 10 de septiembre de 1983.
Ponte de Santiago en construcción, en 1982 |
El puente cuenta con una longitud de 98 metros entre estribos, y está formado por dos tableros de hormigón armado con tres vanos cada uno, apoyados en cuatro pilas (dos para cada tablero) cimentadas en pleno lecho fluvial. El vano central cuenta con una luz de 48 metros, mientras que los vanos laterales son de 25 metros cada uno. En planta presenta cuatro carriles para el tráfico rodado y dos aceras peatonales.
Se colocó la primera piedra de la obra en junio de 1981 y se produjo su inauguración y puesta en funcionamiento el día 10 de septiembre de 1983.
Desde luego no resulta una estructura muy vistosa, y a modo de ejemplo podemos ver esta postal de los años ochenta en la que, siendo el motivo principal de la fotografía, apenas se distingue. Lo que sí se ve claramente es que todavía no se había realizado el ensanche de la avenida de Buenos Aires a partir de su intersección con la calle de Salustiano Portela Pazos.
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